La Cancillería de Colombia advierte sobre soberanía en disputa
La Cancillería de Colombia se pronunció sobre la situación de la Isla de Santa Rosa, ubicada en el río Amazonas, en la frontera con Perú, luego de que el Congreso peruano aprobara una ley que integra ese territorio al distrito de Santa Rosa de Loreto, en la provincia de Mariscal Ramón Castilla.
En un comunicado oficial, la Cancillería de Colombia afirmó que esta isla no hace parte del reparto definido en el Tratado de 1929. Por eso, cualquier decisión sobre su soberanía debe surgir de un acuerdo entre ambos países. El Gobierno colombiano insiste en que las formaciones fluviales surgidas después del tratado requieren un proceso de asignación conjunto.
El Ministerio recalcó que la Isla de Santa Rosa emergió después de 1929. En consecuencia, no pertenece de forma automática a ninguna nación. Colombia sostiene que solo un mecanismo diplomático puede definir su titularidad.

La Ley 32403 de Perú genera respuesta inmediata
El Congreso del Perú aprobó la Ley 32403 de 2025. Esta norma crea el Distrito de Santa Rosa de Loreto e incluye la isla en disputa. Como respuesta, Colombia envió notas de protesta al Gobierno peruano. En ellas pidió reactivar la Comisión Mixta Permanente para la Inspección de la Frontera Colombo-Peruana (COMPERIF).
Este mecanismo fue creado por ambos países para tratar casos como el actual. Su objetivo es definir, de forma conjunta, la soberanía de islas surgidas después del tratado. A pesar de los reiterados llamados de Colombia, el Gobierno peruano aún no retoma el diálogo técnico y diplomático. Puede leer: La expedición de pasaportes seguirá con normalidad: Saade

La Cancillería de Colombia pide reactivar mecanismo binacional
Colombia manifestó su disposición a resolver el conflicto mediante los canales acordados. Reafirmó que la Isla de Santa Rosa no ha sido asignada al Perú. Además, recordó que ha insistido durante años en la necesidad de activar el trabajo binacional para definir la soberanía de estas islas.
El Gobierno colombiano busca evitar decisiones unilaterales que afecten el equilibrio fronterizo. Por eso insiste en el respeto a los acuerdos existentes. Para Colombia, los mecanismos diplomáticos siguen siendo la vía legítima para mantener la estabilidad en la región.