Álvaro Uribe sería el número 25 en la lista cerrada del Centro Democrático al Senado en 2026, confirmó el director del partido, Gabriel Vallejo. La colectividad fijó como meta alcanzar 25 curules y reservó ese cupo para el exmandatario, condicionado a la evolución de sus asuntos judiciales.
“Nosotros aspiramos a tener 25 senadores. Entre otras cosas porque, si los temas judiciales se lo permiten, el presidente Álvaro Uribe sería el número 25 en la lista”, señaló Vallejo en declaraciones a los medios en el Capitolio. Explicó que no fue una propuesta del partido hacia el exmandatario, sino una iniciativa que él mismo presentó.
Álvaro Uribe sería la ficha clave en la meta del partido
Ubicar a Uribe en la posición 25 convierte su eventual regreso al Congreso en una apuesta política de alto impacto. La fórmula busca enviar un mensaje de unidad a las bases uribistas y medir la capacidad electoral de la colectividad, que en 2022 logró 13 escaños en el Senado.

Vallejo insistió en que el expresidente “está jugado con el Centro Democrático”. También resaltó la importancia de esta decisión para el futuro de la organización. “Este es su partido, el de la mano firme y el corazón grande, y lo vemos comprometido con el camino hacia 2026”, dijo. Puede leer: El senador Cepeda advierte maniobra política de Álvaro Uribe
Comité evaluador definirá el orden de los candidatos
El director explicó que un comité evaluador recomendará el orden de los demás aspirantes en la lista cerrada. Entre los criterios mencionó la formación académica, la honorabilidad, la representación regional y la afinidad con los principios del partido.
“Queremos decirle al país que el Centro Democrático asumirá la enorme responsabilidad de liderar la lista que va a ayudar a contribuir a la recuperación de Colombia”, sostuvo Vallejo. Con este mensaje, la colectividad busca proyectar un proceso de selección que combine peso político con credenciales personales.
Álvaro Uribe sería candidato condicionado por su proceso judicial
La apuesta llega marcada por la incertidumbre. En julio de 2025, un juez condenó a Uribe a 12 años de prisión domiciliaria por fraude procesal y soborno en actuación penal. La sentencia incluyó una inhabilidad de ocho años para ejercer cargos públicos.
El expresidente apeló el fallo, pero mientras la condena se mantenga vigente, la Constitución le impide ocupar una curul. El artículo 179 señala que no podrán ser congresistas quienes enfrenten condena a pena privativa de la libertad, salvo en delitos políticos o culposos. Este no es el caso.
La Ley 1475 de 2011 otorga al Consejo Nacional Electoral la facultad de revocar inscripciones cuando exista una inhabilidad. De esta forma, la aspiración del exmandatario depende de lo que decida el tribunal de segunda instancia. Si la condena se mantiene, la candidatura no será viable. En caso de que sea revocada, el camino quedará abierto. También puede leer: Tribunal ordena libertad a Uribe mientras sigue el proceso

Estrategia electoral y proyección hacia 2026
Más allá del debate judicial, la declaración de Vallejo reposiciona a Álvaro Uribe en el centro de la discusión nacional. La idea de un curul meta conecta su figura con la proyección electoral del partido y envía un mensaje directo a sus seguidores.
El anuncio también se enlaza con las aspiraciones presidenciales del Centro Democrático, que confirmó que presentará candidato propio en 2026. Para Vallejo, la presencia de Uribe en la lista cerrada significa un respaldo decisivo en un momento complejo para la colectividad.
Con esta estrategia, el uribismo busca recuperar terreno político y dar un golpe de opinión en la antesala de las elecciones. El desenlace dependerá del avance judicial del caso que enfrenta el expresidente y de la capacidad del partido para duplicar su bancada en el Senado.