Escuela de fútbol en El Pozón busca un futuro mejor
La escuela de fútbol Athletic León del barrio El Pozón reúne a 60 niños y niñas que ven en el deporte una oportunidad para crecer en disciplina y alejarse de la violencia. Sin embargo, entrenan en un campo que se convierte en piscina cuando llueve. La directora de la iniciativa, Yuri Soto Salas, pidió al alcalde Dumek Turbay y a los líderes comunitarios cumplir la promesa de construir un centro deportivo para esta comunidad del sur de Cartagena.

De un juego callejero al nacimiento de la Escuela de fútbol Athletic León
La historia comenzó en 2021. Yuri Soto recuerda que todo surgió frente a su casa, cuando un grupo de niños jugaba en una cancha improvisada en medio de la calle. Apostaban una gaseosa y ella era quien entregaba el premio. De esa dinámica espontánea nació la idea de formar un equipo.
“Hoy tenemos 60 niños entre 4 y 14 años que encuentran en el fútbol una motivación para salir adelante. Aquí no solo formamos deportistas, también personas de bien”, contó la directora.
Valores, disciplina y respaldo de las familias
El proyecto no se limita al deporte. La escuela inculca valores de respeto, amistad y disciplina. Los padres reconocen el esfuerzo de Yuri Soto y apoyan las actividades comunitarias que permiten sostener el semillero. En un barrio golpeado por la falta de oportunidades, el fútbol se ha convertido en una herramienta de transformación.

La cancha que se convierte en piscina
El mayor obstáculo es el terreno de juego. El único escenario deportivo del sector La Estrella no solo se inunda con la lluvia: también presenta un abandono evidente. Los niños entrenan sobre una superficie de tierra dura y agrietada, rodeada de maleza y basura.
Las porterías han sido reemplazadas por llantas viejas que hacen las veces de arquerías, mientras que las graderías, deterioradas y sin mantenimiento, parecen más escombros que tribunas. En los bordes del campo, las zonas verdes crecen sin control y las estructuras de cemento están agrietadas y cubiertas de grafitis.
“Cuando llueve el campo queda convertido en una piscina y los niños se quedan sin entrenar”, lamentó Soto. La directora recordó que la comunidad aún espera que se cumpla la promesa de dotar a El Pozón de un gran centro deportivo. “Esperamos que el alcalde Dumek Turbay retome ese compromiso. Los jóvenes lo necesitan”, afirmó.

Una escuela que necesita más apoyo
El esfuerzo de las familias ha sido fundamental. Con rifas y pequeñas donaciones han conseguido mantener viva la ilusión de los niños. Sin embargo, muchos aún no cuentan con tacos ni uniformes.
“Invito a quienes tengan la posibilidad de donar un par de zapatos. Estos niños lo merecen, porque su esfuerzo es enorme”, expresó la entrenadora.
Voces de los niños que sueñan con entrenar
La motivación de los estudiantes sostiene el proyecto. Karelis Michelle Berrio, de 13 años, lleva dos meses en la escuela y resumió la situación: “La atención es muy buena, los entrenadores son responsables. Pero necesitamos apoyo para la cancha porque siempre se inunda”.
Santiago Teherán, otro de los jóvenes jugadores, resaltó la diferencia que siente al entrenar en este semillero: “Mejor en que cuando yo jugaba en otra escuela me sentía mal y en esta escuela muy bien”.
Lee también en Infomilenials
Con una inversión millonaria inicia recuperación de parque