Durante más de dos décadas, la Bahía de Cartagena y la Ciénaga de la Virgen han recibido vertimientos de aguas residuales que, según la autoridad ambiental, no siempre fueron tratadas correctamente. Ese historial llevó a la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (CARDIQUE) a emitir la Resolución 1898 de 2025, que obliga a Aguas de Cartagena y al Distrito a actualizar sus planes de manejo y contingencia ambiental en un plazo máximo de 14 meses.
La decisión surge tras denuncias de comunidades costeras y asociaciones pesqueras que alertaron sobre la degradación del entorno marino y la pérdida del sustento de cientos de familias. CARDIQUE comprobó que varias estaciones de bombeo de aguas residuales (EBAR) descargan sin tratamiento en caños, lagunas y la bahía, una práctica que vulnera la ley ambiental y compromete la salud pública.

Aguas de Cartagena bajo observación de las comunidades
En Tierra Bomba, el anuncio generó alivio y escepticismo. Wilmar Herrera Imitola, líder insular, recordó que fueron los pescadores quienes, durante años, advirtieron sobre las descargas ilegales.
“Es una decisión histórica, porque la autoridad ambiental por fin reconoció lo que nosotros veíamos a simple vista: que Aguas de Cartagena ha hecho cambios estructurales sin actualizar su licencia ambiental”, afirmó.
Herrera se refiere a la Resolución 0345 de 2001, que otorgó la licencia para operar el emisario submarino. Desde entonces, el sistema creció sin un control ambiental acorde con la expansión urbana. “Durante años soportamos los olores, los rebosamientos y la contaminación sin que nadie nos escuchara”, señaló.
Para el líder, el fallo abre una oportunidad. “El plazo de 14 meses no debe ser una pausa, sino el inicio de una construcción conjunta. Esta vez queremos participar en las decisiones sobre el agua que nos da la vida”, concluyó.
Aguas de Cartagena deberá responder por vertimientos ilegales
El documento de CARDIQUE se sustenta en más de veinte años de seguimiento técnico al sistema de tratamiento de aguas residuales. Desde 2001, la entidad ha expedido más de quince resoluciones para corregir fallas en el Plan de Saneamiento y Manejo de Vertimientos (PSMV). Sin embargo, los informes recientes evidencian que los vertimientos sin tratamiento persisten en estaciones como Tabú, Ricaurte, Papayal, Torices, Pastelillo y Laguito.
Durante una inspección entre el 7 y el 12 de julio, los técnicos hallaron tuberías de emergencia que descargan directamente en cuerpos de agua naturales sin permiso ni control. El hallazgo coincide con las denuncias de los habitantes y las acciones de la Procuraduría Ambiental.
En La Boquilla, el impacto se traduce en pérdida de biodiversidad y pobreza. David Torres Massa, de la Asociación de Pescadores Mitarraya, lo resume así: “La ruptura del emisario submarino fue devastadora. Miles de peces murieron y la Ciénaga quedó sin vida. Con ella murió también nuestra fuente de trabajo”.
El pescador sostiene que la resolución representa una esperanza, pero exige resultados. “De nada sirve si no se cumple. Queremos sanciones, obras reales y restauración ambiental. CARDIQUE debe ir más allá del papel”, afirmó.
El Informe Técnico 553 del 12 de agosto de 2025 respalda sus denuncias: los vertimientos ilegales han alterado la calidad del agua y reducido la biodiversidad acuática.

Aguas de Cartagena y el reto sanitario de la ciudad
Las comunidades no solo hablan de daños ecológicos, sino también de un problema de salud pública.
“En muchas casas ya no se puede abrir la ventana por el olor. Hay niños con erupciones y adultos con problemas respiratorios”, dijo Herrera. “La contaminación viaja en el aire, llega a los alimentos y termina en nuestros cuerpos”.
CARDIQUE advirtió que las estaciones de bombeo carecen de medidas efectivas para evitar fugas y rebosamientos. Por ello, la Resolución 1898 exige la actualización de los protocolos de emergencia y del plan de contingencia, en cumplimiento del Reglamento Técnico del Sector de Agua Potable y Saneamiento Básico (RAS 2017).
La autoridad también recordó que el Distrito de Cartagena, titular de la licencia ambiental, comparte la responsabilidad por los daños y la falta de supervisión. El fallo ordena elaborar un nuevo Estudio de Impacto Ambiental (EIA) con participación comunitaria y auditorías independientes.
“El mar ya no puede seguir siendo el vertedero de una ciudad que vive del turismo”, expresó Herrera. Su reflexión resume un sentimiento general: que la belleza de Cartagena no puede sostenerse sobre la contaminación de sus aguas.
Un precedente para el Caribe colombiano
Expertos consultados por Infomilenials coincidieron en que esta decisión de CARDIQUE marca un precedente nacional. Obliga a revisar licencias ambientales antiguas y a replantear la gestión del agua frente al cambio climático y el crecimiento urbano.
La Procuraduría Delegada para Asuntos Ambientales señaló que la restauración de la Bahía de Cartagena debe ser una prioridad del Estado. Para muchos, el cumplimiento de esta resolución será la prueba definitiva de la capacidad institucional de la ciudad para reconciliarse con su entorno natural.