Durante la audiencia general de este miércoles, el papa León XIV desarrolló una catequesis centrada en las curaciones de Jesús, subrayando que su poder sanador va más allá de lo físico y alcanza las heridas del alma. La reflexión tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, donde más de 40 mil fieles se reunieron para escuchar el mensaje.
Desde el inicio, el Pontífice invitó a los creyentes a confiar en el poder del Señor para sanar incluso los rincones más ocultos del corazón. “¡Pidamos al Señor con confianza que escuche nuestro grito y nos cure!”, expresó, haciendo énfasis en la necesidad de reconocer las propias fragilidades ante Dios.

Bartimeo en las curaciones de Jesús: una dignidad que no se pierde
Como guía espiritual en su enseñanza sobre las curaciones de Jesús, el papa León XIV presentó la figura de Bartimeo, el ciego mendigo de Jericó. Marginado por la multitud y reducido al silencio, este hombre no dejó de clamar por ayuda. Su súplica —“¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!”— es, según el Papa, una de las oraciones más veneradas en la tradición cristiana de Oriente y Occidente.
El Santo Padre recordó que el nombre “Bartimeo” significa “hijo del honor”, un contraste profundo al tratarse de alguien humillado y excluido. En ese contraste, explicó, se revela una verdad fundamental: la dignidad humana no desaparece, ni siquiera en la miseria más extrema. Vea el cubrimiento completo aquí

Soltar el manto: paso clave hacia la sanación interior
Uno de los momentos más simbólicos que destacó el Papa fue el gesto de Bartimeo al arrojar su manto antes de acercarse a Jesús. Este acto representa la renuncia a las falsas seguridades que atan al sufrimiento. Para León XIV, solo cuando una persona se expone con sinceridad y sin máscaras puede iniciar un proceso auténtico de curación.
Jesús no realiza la curación de forma inmediata. Primero lo llama y lo involucra en su propio camino de sanación. “¿Qué quieres que haga por ti?”, le pregunta. En esta frase, explicó el Pontífice, se encuentra la clave de toda transformación verdadera: reconocer el deseo de cambiar y participar conscientemente en el proceso.
Recuperar la dignidad a través de las curaciones de Jesús
Más que pedir que se le devuelva la vista, Bartimeo desea recuperar su capacidad de mirar hacia arriba. Así lo evidencia el verbo griego anablepein, que significa tanto “ver de nuevo” como “levantar la mirada”.
El papa León XIV interpretó este gesto como una forma de restaurar la dignidad. Muchas personas, afirmó, no están bloqueadas por limitaciones físicas, sino por las humillaciones que la vida les ha impuesto. En esos casos, levantar la cabeza es un acto de valentía y esperanza. Puede leer: El Papa León XIV en Pentecostés pide unidad y amor cristiano

La libertad después de la sanación: seguir a Jesús por elección
Luego de la curación, Jesús no obliga a Bartimeo a seguirlo. Le otorga libertad plena. Sin embargo, ya sanado y con dignidad recuperada, Bartimeo opta por acompañarlo. Según el Pontífice, esta decisión libre demuestra que el camino de Cristo se convierte, para quien ha sido transformado, en un proyecto de vida.
La audiencia finalizó con momentos de cercanía entre el Papa y los asistentes. Las imágenes difundidas por Vatican Media captaron escenas significativas, como la ternura compartida con un bebé, que reflejan el espíritu de acogida y compasión que marcó esta jornada.